domingo, 19 de septiembre de 2010

No hay partitura si no está Rota

La música italiana corre por el mundo entero y esta vez fue de la mano, oído y genialidad de Nino Rota .

Nació en la ciudad de Milán en 1911. Desde su infancia se interesó por la música, puesto que su abuelo pianista y compositor, Giovanni Rianaldi influyó en él para estudiar piano en 1919 junto a su madre y solfeo con A. Perlasco. Siguiendo con su formación, en 1923 ingresó al Conservatorio de Milán donde tuvo la asesoría de Delachi, Orefice y Bas, grandes compositores italianos. Y fue en aquel lugar donde gracias a su precocidad, a los 11 años compuso un oratorio y a los trece, hizo una comedia lírica en tres actos llamado Il Principe Porcaro.

Siguió estudiando composición en la Academia de Santa Cecilia en Roma, graduándose en 1930.

Dio clases de teoría y solfeo en la escuela de música Taranto. A partir de 1939 fue profesor de armonía y meses después, pasó a ser director.

En todas sus melodías, intentó cultivar todos los géneros, trabajó la perspicacia y una maestría técnica que le hicieron ganar el respeto de todos, incluso de las personas que pensaban que sus partituras eran pasadas de moda.
Entre sus mayores éxitos encontramos Il capello di paglia (El sombrero de paja florentino) en 1946, La visita meravigliosa (La visita maravillosa) en 1970, Mysterium Catholicum, en 1962 y La vita de Maria (La vida de María) en 1970. Como siempre hizo notar su delicada y penetrante elegancia.

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